Cuando pensamos en el patrimonio histórico-artístico y cultural de Orihuela pensamos en riqueza y abundancia, casi tanta que a veces parece que nos sobra. Pero también se nos viene a la mente deterioro y dejadez.
Hace unos días una buena noticia para el patrimonio cultural oriolano por fin llegó. Se trata de una de esas noticias que se llevaban esperando mucho tiempo y que hemos podido resolver hoy gracias al camino que nos han trazado distintas personas desde hace ya varios años: La Cruz de los Labradores y la Gloriosa Enseña del Oriol fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC) por la Conselleria de Educación y Cultura, dirigida por Compromís.
Pero teniendo en cuenta el estado de deterioro del casco antiguo de Orihuela, ocasionado por la dejadez continuada de los agentes responsables, debemos preguntarnos: ¿Qué está haciendo hoy el gobierno municipal por nuestro casco histórico, por sus barrios, sus residentes y por su patrimonio?
Han pasado dos años de legislatura, podemos repasar los programas electorales de los equipos de gobierno y observar qué se ha llevado a cabo o han intentado al menos realizar. No tendría sentido. No se ha hecho nada. No hay un plan, ni un modelo de ciudad, ni una hoja de ruta para que por fin se cree un motor económico en torno a nuestro patrimonio que permita al centro histórico de Orihuela recuperar su esplendor y su calidad de vida. Lo estamos perdiendo por desgana y falta de interés de nuestros gobernantes. No es cuestión de tiempo, es cuestión de malas prácticas a las que no se pone remedio.