“Sin una atmósfera la pintura no es nada” (Rembrandt)
Llega el día. Es 15 de marzo de 2017, una fecha descrita como la primera gran cita electoral del año. Es jornada de elecciones en los Países Bajos y el destino de Europa también está en juego. La atmósfera aparece cargada de sentimientos, pasiones y emociones contradictorias. Miedo, cansancio y esperanza. De esta última emerge la carismática y fresca figura de Jesse Klaver, de 30 años, candidato de GroenLinks (Izquierda Verde).
Noche del mismo día 15, son las 21:00 y se cierran las urnas: es hora del recuento. Los resultados electorales, ya de sobra conocidos con un 82% de participación, revelan una victoria del Partido Liberal por la Libertad y la Democracia (VVD) del Primer Ministro Mark Rutte que pasa de 41 a 33 escaños. La segunda posición la ocupa el Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders, pasando de 15 a 20 asientos y la socialdemocracia representada por el Partido del Trabajo (PvdA), que formaba parte del gobierno de coalición con el VVD, se hunde al romper su suelo: pierden 29 de los 38 escaños con los que contaban, quedándose en 9.
Aunque, lo más probable es que el VVD forme un gobierno de coalición, posiblemente en minoría, con Llamada Democristiana CDA, (19) y Demócratas 66 D66, (18) más algún otro socio, se abre una puerta a un mensaje de esperanza: el mensaje de esperanza del ecosocialismo. Un mensaje cuyo emisor es el partido de la izquierda verde holandesa GroenLinks, liderado por el carismático Jesse Klaver que pasó de los 4 escaños obtenidos en 2012 a los 14 actuales, siendo la fuerza política que más incrementó sus apoyos: primera fuerza en Ámsterdam e incremento de manera destacada en Groningen (del 4´6% al 18´9% de los votos), Rotterdam (del 2´6% al 11´1%) y Utrecht (del 6´7% al 20´2%).
El partido que más asientos ganó fue un partido federalista pro Unión Europea y pro refugiados frente a la narrativa de la creciente ola del populismo de derechas (el miedo) y la hegemonía de los distintos gobiernos de coalición entre VVD y PvdA, que venía aplicando en los últimos 5 años fuertes medidas de austeridad y recortes (aunque quizás no haya sido éste el principal eje de campaña, al predominar los temas de identidad e integración de la inmigración). Un PvdA que ha visto socavados sus apoyos y credibilidad al transitar de la salida de la crisis con una “Holanda más fuerte y social” en 2012 a la “sociedad participativa” con los famosos recortes derivados de las recetas de la austeridad exclusiva, con figuras como el Presidente del Eurogrupo y Ministro de Finanzas en funciones Jeroen Dijsselbloem. El mismo Dijsselbloem que fue Ministro de Finanzas cuando se creó el escandaloso entramado fiscal del LuxLeaks: el cansancio.
Es en este terreno en el que caló el mensaje de esperanza lanzado por GroenLinks, el eslogan “stem voor verandering” (vota por el cambio) y los continuos “het kan wel” (sí se puede) o el “Jesse we can”, en palabras de Klaver: “Únete a nosotros porque juntos podemos poner el país en movimiento, juntos podemos dar esperanzas al cambio. Si tenemos el valor de mantenernos firmes en nuestros principios e ideales, conseguiremos mantener a Rutte y a Wilders fuera del gobierno. Es un movimiento”: la esperanza frente al miedo y el cansancio. Con campañas frente al miedo como la de uno de sus spots “The only thing we need to fear is fear itself” (La única cosa que debemos temer es al mismo miedo), entre otras: «We are all afraid of something, but the only thing we need to fear is fear itself. The world is how you see, so don´t hide any longer. Show yourself, speak up and vote» (Todos estamos asustados por algo, pero la única cosa que debemos temer es el mismo miedo. El mundo es como lo ves, no te escondas más. Muéstrate, alza tu voz y vota).
Además de cinco ejes claros para construir una alternativa de cambio. El reparto justo de la riqueza (centrado en evitar la evasión fiscal; bajar el impuesto de la renta; e incrementar los ingresos de las familias más necesitadas). El medio ambiente (combatir el cambio climático; energía limpia; sostenibilidad, etc.). La igualdad de oportunidades (prestando atención a la gestión de la educación en manos de los alumnos y profesores; imposición de “cuotas” en el Parlamento, etc.). La modernización del sistema de la seguridad social y laboral (refiriéndose en el tema laboral a acabar con los contratos basura de los jóvenes). Y, la consolidación de una sociedad (integración de la inmigración y lucha contra la discriminación: “somos todos holandeses, es terrible cuando la gente nace en los Países Bajos tener la sensación de que no son parte de esta sociedad y no es algo de lo que estar orgullosos, si no de lo que avergonzarnos. Y quiero cambiar eso”; pluralidad y gobiernos de coalición; valores democráticos y compartidos; y europeísmo).
Todo ello enmarcado en una vibrante campaña con actos de todo tipo desde pequeños como el que señala Klaver “Esta noche nieva fuera y hay aquí 200 personas para hablar sobre política, democracia, luchar por la democracia. Es lo que quiero. Y se levantan por sus derechos” hasta mítines de mayor magnitud como el celebrado al lado del Amsterdam Arena, estadio del Ajax, al cual asistieron 5000 personas. Además, de una campaña activa en lo que a redes sociales se refiere, muy cercana a la gente y siempre manteniendo una muy buena relación con los medios de comunicación. Suena el «I gotta feeling» de The Black Eyed Peas…
Gracias a ello, GroenLinks ha conseguido el mejor resultado de su historia y, lo más importante: su mensaje ecosocialista deja un precedente y un horizonte esperanzador. Tal y como afirmó el propio Klaver en la noche electoral: “Es una noche histórica. Tenemos una victoria para estar orgullosos, pero apenas hemos empezado. Las elecciones no son el fin, sino el comienzo de un cambio social, de nuestro movimiento”.
En definitiva, la atmósfera se llena de esperanza. Tras el vacío que deja la socialdemocracia y ante el populismo de derechas, ante el miedo y el cansancio, es necesario reinventarse como explica Jesse Klaver: “Lo que intentamos hacer como verdes es reinventar las políticas de izquierdas. Esto quiere decir que somos muy proeuropeístas pero también significa que tratamos que la globalización funcione para todos. Tenemos una agenda social cuyo foco está en cerrar la brecha entre ricos y pobres y asegurar que combatimos la desigualdad y el cambio climático”.
Reinventarse y emocionar acercándose a la gente. Y es que ya lo decía Rembrandt, “sin una atmósfera la pintura no es nada”. Esa atmósfera es la esperanza ecosocialista para construir unas sociedades y una Europa en la que la gente se sienta reflejada.
Por Pedro Diz, coordinador del área de sostenibilidad de Compromís por Orihuela