Decir que “los Oriolanos deben cambiar de actitud si quieren que esta ciudad saque los pies del plato” es comparable a decir a nuestros vecinos que votaron mal en las pasadas municipales, y no lo digo yo, lo dice nuestro alejado alcalde, Emilio Bascuñana en la entrevista que publicó ayer el diario La Verdad. Muchos nos venimos dando cuenta de que algo falla en Orihuela y no son nuestros vecinos, que dicho sea de paso, no pueden participar plenamente en la política ni decidir el rumbo que toma nuestro municipio. Hoy por hoy, puedo decir que conozco a gente comprometida con el patrimonio, con la huerta, con la sociedad y con el municipio en general, y también sé que desconozco a otros que también lo estarán y sin embargo no sé de su existencia, y es por eso que deduzco que la actitud que debe cambiar debería venir por parte del equipo de gobierno.

Había un joven al que le encantaba el papel y por ello compraba gran cantidad de libros y se pasaba la vida cambiándolos de estantería una y otra vez, perdiéndose así la verdadera magia de la tinta que es la que da la vida al papel. Y eso es lo que pasa en este Ayuntamiento, que por lo visto llevan 6 meses poniendo orden (cambiando los libros de estantería y oliéndolos) y puede ser que por eso salgan esas ratas de las que habla. Han perdido la maravilla de leer la tinta, de continuar con los trabajos bien hechos de la pasada legislatura, modificando las actuaciones que no se hicieron con buen criterio e innovando en las mil necesidades de nuestro municipio, incluyendo a “los apuntes” que son nuestra gente y su participación.

La hipocresía es el factor estrella de este equipo de gobierno, porque si hablamos de siglas, el factor estrella es otro que ya todos sabemos. Nos piden responsabilidad y participación cuando ni siquiera los ciudadanos pueden participar en un pleno, ¿será que lo que buscan es fidelidad y sumisión?

Las formas de hacer política, según nuestro alcalde, ya no son tan rancias, sin embargo él sigue echando balones fuera, sin un proyecto y rumbo concreto para una ciudad que aspira a ser “Ruina de la Humanidad”, basta con dar un paseo por la calle mayor. Un municipio desconectado con turistas que desconocen el patrimonio, con una huerta desprestigiada por su partido, no es necesario que baje la consellera para querer poner en valor nuestro patrimonio natural y rural, pero ya nos ha dejado claro que si no hay proyecto concreto es porque nadie le tiende la mano excepto aquellos que dieron su apoyo para garantizar la gobernabilidad de Orihuela pero cada vez más, vemos que lo que querían garantizar era el sueldo, porque hasta ahora lo que estamos viviendo es un desgobierno que no parece tener freno.

Cayetano Portugués (Portavoz de Compromís por Orihuela)